Pesca de domingo
Iban cada domingo a un lugar llamado La Rinconada, donde el río hacía una curva y era profundo del lado de la barranca. Usaban una sola caña, con línea a fondo para pescar bagres. El sitio tenía un aire salvaje, aunque estaba muy cerca de la ciudad y se llegaba en auto. La orilla era casi siempre barrosa, pero variaba según las estaciones y el nivel del río, cuando estaba muy bajo, en invierno generalmente, era cuando más barro solía haber. En verano disfrutaban la sombra de las plantas de mora. Se quedaban al menos un par de horas, siempre por la mañana. Fumaban unos cuantos cigarrillos, a veces compartían una cerveza. Cuando se iban lanzaban toda la carnada al río, decían que los peces se lo merecían, independientemente se pescara o no.